En 2011, durante su visita a la aldea Baji, de la región autónoma del Tíbet, el presidente de China, Xi Jinping, expresó su deseo de que los miembros del Partido Comunista de China, así como los funcionarios de dicha aldea, se unieran al propósito del Partido y se esforzaran en enriquecer al pueblo, basándose en unas condiciones concretas para que los habitantes llevaran una vida dulce y alegre.