介绍:
米歇尔·费列罗
El secreto de los dulces
EN la única entrevista que jamás dio a La Stampa《新闻报》, Michele Ferrero no quitó una vez sus gafas de sol. Esto no fue sólo para proteger sus ojos débiles, sino para ocultarse. La modestia era un hábito. La gente a veces le llaman un genio; él daría vuelta suavemente a la pregunta diciendo que sí, que su segundo nombre era en realidad "Eugenio", y a su madre le gustaba llamarlo así; pero que estaba contento de ser simple Michele, el chico con el acento piamontés皮埃蒙特 fuerte cuya vida había llegado a girar alrededor de los campesinos de la Alta Langa y su abundante cosecha de avellana delicioso.
Su amor a la vida privada también tenía un propósito comercial. Tenía que mantener en secreto la receta de Nutella, que se consumen 365millones de kilos cada año por todo el mundo, y que junto con otros más de 20 líneas de confitería甜食生产线 él es el hombre más rico de Italia. Se rió cuando escuchó que la fórmula de hacer la Coca-Cola solo se sabe por unos pocos directores de la compañía. Incluso menos sabían exactamente lo que pasó en cada frasco de Nutella.
Varios otros secretos comerciales, sin embargo, fueron revelados por La Stampa. La primera fue: "Siempre hacer algo diferente de los demás." Nutella era un ejemplo de ello. La básica pasta de gianduja de avellana con un poco de cacao, se había conocido en el norte de Italia desde la época napoleónica.
Su padre Pietro, que montaba un café y una pastelería en la pequeña ciudad de Alba, había revivido esta idea en la segunda guerra mundial cuando el cacao era difícil de conseguir. Encontrar la combinación perfecta se convirtió en una pasión, y el adolescente Michele también se atrapó mientras su padre trabajaba en una habitación trasera, corriendo a todas horas para hacer probar cucharadas de dulces a su esposa e hijos con la pregunta: "¿Qué les parece?" La pasta se vendía en panes sólidos al principio, luego, como semi-sólido "Supercrema", en frascos; pero Michele, haciéndose cargo de la receta después de la muerte de su padre en 1949, hizo lo que nadie bahía hecho, y añadió suficientes gotas de aceite vegetal para que fuera fácil de untar. El resultado fue revolucionario: comer chocolate se transformó de un evento especial para algo de todos los días. Los niños se alineaban en panaderías para untar en el pan la pasta después de la escuela, y para finales de 1950 una flota de 1.000 furgonetas con crema y chocolate cruzaba por toda Italia para mantener el suministro. En 1964 se inventó el nombre de Nutella y el frasco de vidrio, y el resto lo sabemos todos.
Él también hizo algo muy diferente con Mon Chéri, 樱桃利口酒巧克力 sus bombones de licor de cereza. Cuando fue a Alemania de la posguerra a comercializarlos encontró el país tan arruinado y decidió venderlos no en las cajas habituales, que eran inasequibles para la gente comun, sino por separado, "para elevar la moral de los alemanes y traer algo dulce en su vida. "Él todavía lloró un poco, tanto con la felicidad y la tristeza, al pensar en eso.
Mantener tenazmente a algo es su segundo secreto. Le gustaba moverse a su propio ritmo, y por lo tanto se resistió a todas las adquisiciones (salvo por una empresa de avellana turca), y se negó a cotizar en la bolsa de valores. De esa manera mantuvo a la compañía como una familia, cuyos 4.000 trabajadores nunca fueron a la huelga y, cuando la fábrica Alba se inundó en 1994, justo antes de Navidad, resultaron con baldes y escobas para reabrirlo en 15 días.
Al no hacerlo público, también podía resistir la presión exterior. Él esperó hasta 1983 para tomar Nutella a América, el envío sus diminutos blancos mentas Tic-Tac en primer lugar, porque no quería competir con la grapa nacional, la mantequilla de maní. Insistió en 1974 en introducir Kinder Surprise, pequeños huevos de chocolate con juguetes de plástico en el interior, aunque cada uno alrededor de él objetaba que los huevos sólo deben ser grandes y sólo para Pascua. (Él, típicamente juguetón, quería que fuera "Pascua cada día".) Aquellos también fueron un éxito.
Cada producto fue investigado exhaustivamente en sus dos laboratorios, uno en Alba y uno en Mónaco, donde vivió más tarde, y probado sobre los miembros del consejo. ("Nosotros comemos todos los días", se quejó uno.) La nueva tecnología fue juzgado con impaciencia. Tomó cinco años, se dijo, en encontrar una manera de doblar las obleas dentro de su bombones Ferrero Rocher. Dondequiera que iba, iba a visitar tiendas incógnitas para comprobar que sus productos eran frescos.
Su tercer secreto era más misterioso y sorprendente. En el centro de su estrategia de negocios eran dos mujeres. La primera fue "la Valeria", su nombre para la típica ama de casa, madre, nonna o tía que tenía que decidir qué comprar todos los días, que quieran un pequeño capricho para ella o algo así, además de besos, echar a perder un hijo favorito. A menos que pudiera mantener su costumbre, él había terminado. Su introducción de chocolate blanco lechosa se hizo con la Valeria en mente, por lo que podría complacer a una madre más que dar leche a su bambino?
La segunda mujer era María, la Virgen María. Él podría lograr nada sin ella. Cada mañana le oró a ella y puso su negocio en sus manos. Todos los años se fue en peregrinación a Lourdes, y dispuso que sus trabajadores fueran. (Una leyenda de la compañía era que la forma de Ferrero Rochers se inspiró en la gruta de allí.) Una estatua de la Virgen, con túnica blanca y un rosario de oro, se puso de pie en la entrada de cada oficina Ferrero y la fábrica de la vuelta al mundo. Bajo su influencia, él y su fundación canaliza gran parte de su riqueza de nuevo a Piamonte. Lo hizo, sin embargo, sin fanfarria, y después de una breve aparición en sus gafas oscuras il signor Michele sería, como de costumbre, escap
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